La superficie de apoyo de la base de conexión es de un material antideslizante que permite que el conjunto no se mueva ni un milímetro, además de evitar que las posibles vibraciones del entorno o de la unidad se propaguen de un lado a otro.

Sólo hay que colocar la unidad con el puerto mirando hacia abajo y presionar suavemente para que el disco quede correctamente colocado. El cable de la base presenta dos puertos USB, necesarios para hacer funcionar el disco. Una vez encendida la unidad, los detalles de los puntos en la parte frontal se iluminarán, señal de que la unidad está en funcionamiento; en estado de reposo, la iluminación será muy tenue.

El disco viene ya formateado de fábrica en NTFS, de modo que si no queremos perder en un principio el contenido, deberemos copiarlo previamente antes de realizar cualquier cambio en el sistema de ficheros.

La unidad arranca automáticamente con la instalación de "Seagate Manager", una aplicación que permite sincronizar, realizar copias de seguridad y asegurar los datos mediante encriptación.

Sólo hay que escoger qué carpeta se quiere cifrar y poner una contraseña para que los datos del FreeAgent sean inaccesibles; como requisitos mínimos se exige como mínimo seis caracteres y al menos un dígito, mejorando así la fortaleza de la contraseña.

En la prueba de rendimiento de HD Tune la lectura es lineal salvo en contadas ocasiones que disminuye a la mínima transferencia, algo totalmente normal. Se sitúa la media en unos nada despreciables 32,1 MB/s.

Para alejarnos de la teoría, hemos pasado un total de 8,04 GB a la unidad Seagate, que consta de 3 carpetas y un total de 49 archivos, con un tiempo de 4 minutos y 56 segundos; esto sitúa la tasa de escritura en una media de 27,8 MB/s, una cifra bastante ajustada a la prueba anteriormente realizada.