<center><table width="100%" border="0" cellpadding="10"><tr><td width="250"></td><td><p align="justify">La ciudad de San Francisco, en EE.UU., cuyo pasaporte a la modernidad se iba a hacer realidad en forma de WiFi abierta, con cobertura en toda la ciudad, tendrá que esperar. El alcalde de la ciudad, Gavin Newser, no podrá ver materializado su ambicioso proyecto de disponer de red inalámbrica al estilo en que ya lo hace Londres. Earthlink, el proveedor de red con quien se había firmado un acuerdo, se encuentra actualmente en pleno proceso de reestructuración y no puede hacerse cargo del proyecto. Dicho acuerdo consistía en la extensión de la cobertura inalámbrica a casi la totalidad de la ciudad, por la que Earthlink sufragaría dos millones de dólares, a cambio de una concesión de 16 años por el servicio de red, que disfrutaría en colaboración con Google, quien se encargaría de proporcionar el servicio de Internet.



El desafortunado desenlace es la consecuencia de las circunstancias desfavorables que atraviesa Earthlink, que reducirá su plantilla de trabajadores en casi 900 puestos y cerrará cuatro oficinas en Estados Unidos. Por otra parte, la comisión de supervisión del proyecto, nombrada por las autoridades de San Francisco, exigía más velocidad para los usuarios que accederían gratuitamente a la red, más garantías de privacidad y la reducción a la mitad del tiempo de concesión, que sería de ocho años. Earthlink, no obstante, ha informado de que espera que la reestructuración haya finalizado antes de que concluya 2007.


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