El equipamiento gamer , en concreto para títulos MMO, ha evolucionado en diversos aspectos, como los teclados, donde encontramos modelos tradicionales y pequeños gamepads enfocados a dichos títulos. El Razer Tartarus es el hermano pequeño de Orbweaver, con una única diferencia y es que este Tartarus incluye teclas de membrana y no mecánicas. Diseño ergonómico y posibilidades de configuración infinitas aseguradas. Cuando prueben un gamepad así, no querrán volver jamás al teclado tradicional.

Producto cedido por Razer

Especificaciones del producto

Presentación y vista en detalle

En el interior del dispositivo encontramos el Tartarus y un pequeño manual de uso. El software de control Razer Synapse 2.0 lo descargaremos desde la web del fabricante.

Conexión USB 2.0 chapada en oro en cable de fibra trenzada para evitar los enredos y darle una mayor longevidad al cable. Dispone de una longitud total aproximada de 1,5 metros, suficiente para cualquier entorno.

El Tartarus está construido mayoritariamente en plástico, siguiendo la tendencia del ORbweaver, pero claramente de una gama inferior, sin dejar de utilizar materiales de calidad. Toda la superficie esta cubierta por silicona para mejorar el agarre y darle un tacto más suave.

Respecto al Nostromo, desaparece la rueda de scrol y se cambia por el botón superior al pad direccional, el cual también ha sido mejorada al modificar la sensibilidad. Estos cambios lo encaminan en la dirección del Orbweaver, uno de los mejores modelos de este tipo de dispositivo que podemos encontrar.

Quitamos una fila de teclas del Orbweaver y ya tenemos el Tartarus, un total de 15 teclas numeradas en las cuales podremos añadir cualquier acción o macro. Como veremos, las posibilidades de este gamepad son enormes.

Vista en detalle (Cont.)

Si bien resulta bastante ergonómico, no tiene la capacidad que su hermano mayor tiene para adaptarse a cada mano. El Tartarus se puede "alargar" un poco pero no es tan personalizable. Es más pequeño y tiene una fila menos de teclas que el orbweaver, pero también es cierto que irá mejor en manos más pequeñas.

Este keypad puede adaptarse a varios tamaños de mano, por lo que se puede ajustar en dos únicas posiciones. Evidentemente está limitado respecto a su hermano mayor, pero es cuestión de necesidades.

El sistema de dirección, el pad, no cambia respecto al orbweaver, con un total de 4 direcciones (8 combinaciones), y el botón que simula al espacio (botón inferior), y otro superior que se puede utilizar para cambiar de perfil, por ejemplo.

Como parte de Razer, la retroiluminación está omnipresente en todos sus productos, una iluminación clara y precisa que nos permitirá usarlo en ausencia total de luz.

Recordemos que las teclas no son mecánicas, sino de membranas; esto evidentemente es un punto diferenciador que los usuarios que hayan usado los dos tipos de teclados sabrán de sus diferencias. Hay que decir que esto es gama media y que las teclas mecánicas de calidad están reservadas a gamas altas.

Una de las ventajas de estos dispositivos es la posibilidad de instalarlo sin necesidad de controladores. Otra cosa es la configuración, para ello haremos uso del Razer Synapse 2.0. un software creado por el fabricante que ofrece un abanico enorme de opciones.

Razer Synapse 2.0

Razer Synapse 2.0 es el software creado por Razer para todos y cada uno de sus dispositivos; podemos incluso tener varios productos bajo el mismo panel de control que escogemos en la lista que se crea en la parte baja de la ventana del software.

Podemos cambiar al vuelo hasta 8 mapas de teclado; gracias a los 3 LEDs de estado, podemos saber cuál es cual, aunque algo complejo para aprenderse las 8 posiciones diferentes. En condiciones normales lo normal sería tener entre 2 y 3 mapas, algo más fácil de aprender y cambiar.

También podemos enlazar cada mapa o perfil de teclas a un programa o aplicación; éste sería el método perfecto que, al arrancar el título X, se cargue su perfil correspondiente.

La asignación de botones es sumamente fácil, solo hay que pulsar qué tecla queremos modificar y a continuación se nos muestra las opciones disponibles; podemos dejarla en predeterminado, anular esa misma tecla, añadir una función de ratón o teclado, una macro, ejecutar un programa, accesos directos, etc.

Para cada perfil podemos cambiar el modo de iluminación de brillo o palpitante, además de modificar su intensidad o desactivarlo directamente.

El gestor de macros es la madre del cordero, una interfaz sumamente fácil que hace que podamos grabar cualquier macro añadiendo retraso natural de pulsaciones o una por defecto o, directamente sin retraso. Una vez creada la macro podremos mover cada pulsación, eliminarla, en definitiva, editar la macro antes de guardarla.

Posteriormente la macro la añadiremos a la función de las teclas escogidas por el usuario.

Los Add-On o complementos son programas externos para este dispositivo para facilitar la configuración del Tartarus respecto a un título en concreto. Por ejemplo, disponemos de un Add-on para Word Of Warcraft mediante el cual podemos ver el mapa de teclas en la pantalla del juego y añadir funciones específicas al mapa.

Pruebas realizadas

Como en el caso del Orbweaver, y probablemente con todos los gamepads del mercado, hay que tener en cuenta que el cambio desde un teclado a este tipo de dispositivos es notable. No hay que desesperarse si al principio cuesta un poco hacerse con el control del gamepad.

Al no tener teclas mecánicas, el Tartarus resulta algo más duro de utilizar que el Orbweaver, y además algunos podrían pensar que no tener esa fila extra podría ser una desventaja más, pero nada más lejos de la realidad, resulta que al probar el Tartarus nos acostumbramos más fácilmente a su uso, por lo que es recomendable si no se ha utilizado nunca un gamepad optar por una versión como el Tartarus para acomodarse a su estilo de uso.

De nuevo nos encontramos con el excelente Synapse 2.0 de Razer, y de nuevo podemos personalizar completamente cada una de las teclas, además de controlar la iluminación y poder tener numerosos perfiles, dándonos posibilidades casi infinitas.

Como de costumbre este tipo de dispositivos están pensados para juegos en los que se requieran muchas teclas o combinaciones de estas, y en nuestro caso lo hemos probado con Civilization V, Civilization IV, y Guild Wars 2. No podemos decir nada malo del Tartarus, es cómodo, altamente personalizable, con iluminación propia y un gran software de control, únicamente mejorable si las teclas fueran mecánicas en lugar de membrana, pero para eso ya está el Orbweaver.

Conclusión

La evolución del Razer Nostromo ya está aquí; un modelo que ha sido creado a imagen y semejanza de su hermano mayor, Orbweaver, con prácticamente la misma estética, forma y uso. Este último quedaba algo grande para ciertos usuarios al ser muy muy grande; este Tartarus mejora esto y lo hace algo más compacto y diríamos que más adaptable a la mayoría. La ausencia de teclas mecánicas era algo lógico al tratarse de una gama media. Seguimos insistiendo en la calidad indiscutible del software de control Razer Synapse 2.0, con un increíble diseño en todos los aspectos tanto a nivel de configuración como a nivel de funcionamiento.

El Razer Tartarus está destinado a usuarios que quieren dar el salto a tan peculiar gamepad, con una gestión total de todas las teclas y que, cuando lo hayamos usado, no querremos desprendernos de él.

Valoración: 4.7/5

Producto cedido por Razer