La refrigeración no será un problema en esta caja, pues además del gran número de ventiladores, el frontal y el lateral incluyen rejillas para maximizar la salida de aire.

El interior, tal como cabría esperar de una caja con unas dimensiones tan impresionantes, es muy espacioso y permitirá una gestión del cableado muy limpia.

El nombre de la caja, Twelve Hundred, viene dado por el número de bahías: se incluye un total de doce bahías de 5,25.

Las tres bahías superiores se destinan específicamente para unidades ópticas, pero en las demás, se puede hacer uso de soportes que darán cabida hasta a nueve discos duros. Como vemos, el único rack real para discos lleva una preinstalación para poner un ventilador interno de 12 cm.

Una de las curiosidades de esta caja es la situación de la fuente en la parte inferior: aunque esta posición es práctica para separar la fuente del calor de la placa base y no forzar su refrigeración, puede dar problemas a la hora de montarla si la longitud de los cables no es suficiente o si se nos cae algún tornillo durante el montaje del sistema y se cuela dentro.

El ventilador superior es el más llamativo de todos y ofrece un caudal de aire sobresaliente: el calor, por otro lado, es extraído de una de las zonas más calientes de la caja, la destinada a la placa base, gracias a dos ventiladores de extracción.

Además de toda la tornillería necesaria, se incluye una serie de bridas para la sujeción de los cables y un soporte para unidades de 3,5".

El soporte para las unidades ópticas incluye un práctico filtro lavable que resulta muy útil para evitar una acumulación de polvo que pueda dañar los dispositivos y dificultar la refrigeración.

El montaje de las bahías se realiza fuera de la caja gracias al carácter modular de éstas, un detalle muy de agradecer a la hora de montar el sistema. Este único rack que se incluye con uno de los tres ventiladores delanteros incluido; se incorpora en la esquina inferior derecha una pequeña rueda como controlador de RPM para éste.

El montaje de los discos duros se realiza a través de los soportes incluidos y se fija a la caja a través de cuatro tornillos, lo cual proporciona una gran fijación. Se puede optar por quitar la pieza de preinstalación del ventilador para el rack, mejorando la sonoridad final del equipo.

Los cables de la fuente de alimentación, situada en la base de la caja, hará necesario que recorran un camino considerable hasta llegar a la placa, pero aun así se puede conseguir una perfecta gestión del cableado que maximice la refrigeración.

La sobriedad será la seña de identidad de un sistema perfecto para gamers pero que, debido a sus grandes dimensiones y peso, no es una de las opciones más manejables de cara a sus transporte a LAN parties y otros eventos.

En funcionamiento, la caja se desprovee de sobriedad para iluminarse en azul, gracias a los LEDs de los ventiladores. Aunque Antec asegura haber incluido un mecanismo antivibraciones, los discos duros sí que provocaron cierto nivel de ruido, pero no llega a ser molesto.