La generación anterior de Nintendo, con su 64 bits, supuso una auténtica revolución a la hora de crear productos para jugar en compañía. Quizá la confirmación de eso sea un producto como Mario Party, un juego que vio la luz en 1999 en nuestro país y que elevó la diversión a cotas altísimas. Antes o después también aparecieron otros títulos que potenciaron mucho la experiencia multiplayer... casualmente la mayoría de la propia Nintendo.

¿Quién no recuerda los vicios al Mario Kart 64 o al Super Smash Bros? Buenos tiempos aquellos. Recuerdo mis primeras partidas al Mario Party, y sí ya lo sé, me estoy perdiendo en inútiles cavilaciones personales, pero si me permitís voy a plasmar en este análisis un pequeño toque "sentimental". Tenía unos doce/trece años- todo un mozalbete- cuando encendí mi Nintendo 64 con el Mario Party e invité a un par de amigos a mi casa para catarlo un poco. El juego nos cautivó y estuvimos durante muchísimo tiempo jugando.


Nintendo, o más bien Hudson Soft, supo crear algo divertido e inteligente basándose en algo tan sencillo y tradicional como un juego de tablero de los de toda la vida. La perspectiva de poder jugar a un híbrido entre el parchís y un conglomerado de minijuegos resultó todo un acierto. El matiz competitivo lo daba el objetivo de conseguir el mayor número de estrellas doradas repartidas por el mapeado. Además se añadían "piques" entre amigos por hurto de objetos del compañero. De un momento a otro podías pasar de estar cubierto de gloria a congelarte en lo más profundo de un pozo.
Por supuesto los protagonistas de esta loca partida no podían ser otros que Mario y toda su campiña de personajes (véase Wario, Donkey Kong, Peach, Yoshi... etc).

Él éxito se palpó pronto desde la parte interna de Nintendo, y no tardaron en encomendarle a Hudson Soft-compañía que en estos momentos acaba de ceder sus riendas a Konami (empresa con acciones mayoritarias)- la elaboración de una segunda entrega. Mario Party 2 apareció con las mismas características que el original pero con novedades jugosas (nuevos tableros, posibilidad de disfrazarse... etc). La diversión de la primera entrega fue tal que no dudé en adquirir su segunda parte, aunque ciertamente disfruté un poco más con el original.
La remesa de juegos de Nintendo 64 se cerró con Mario Party 3, última entrega de la antigua generación y título que aunque no ofreció excesivas novedades convenció por la buena utilización de la fórmula que los había hecho famosos.

Cambió la generación de consolas y apareció Game Cube. Nintendo cogió el teléfono y encargó nuevamente el trabajo de desarrollar nuevos Mario Party a Hudson Soft. De esta alianza nacieron Mario Party 4, 5 y el que ahora nos ocupa, Mario Party 6.

La historia como excusa para divertir
"Sololo y Luluna velan por el mundo de Mario Party desde el cielo. Las fiestas que organizan son memorables. Por su común afición a las juergas, siempre se han llevado bien... Bueno, por lo menos hasta el día en que a Sololo se le ocurrió preguntarse cual a Luluna quién de los dos era más deslumbrante.



Tal riña se preparó, que el cielo tronó con un estruendo cataclísmico.

Los intentos de Mario y su pandilla por reconciliar a Sololo y Luluna fueron vanos; no parecía haber forma alguna de zanjar el problema.
Pero, en esto, a Mario se le ocurrió una idea brillante: ¡usar el poder de las estrellas!

Se acordó celebrar una fiesta multitudinaria con el fin de reunir las estrellas y llenar el Banco. Dispuestos a resolver las diferencias entre Sololo y Luluna, Mario y compañía se pusieron a jugar de inmediato.

Sin embargo, nadie sabía a ciencia cierta si las estrellas lograrían que los astros hicieran las paces... "

Como podés comprobar, no estamos ante una historia como la de un Metal Gear que digamos. Sin embargo... ¿para qué la necesita? Absolutamente para nada. La historia pasa a un plano terciario, a un plano totalmente lejano. Lo que importa en este juego es divertirse, preferiblemente con amistades ya que es un juego muy orientado hacia el multijugador.



El principal objetivo de Hudson Soft ha sido crear un producto con las bases de las anteriores ediciones para no caer en la monotonía. Podemos decir que lo han conseguido en cierta medida, pero los que han seguido las evoluciones de la saga desde las entregas de Nintendo 64 quizá no encuentran cambios realmente apabullantes. La principal baza en la que se han apoyado al desarrollar el videojuego es una nueva herramienta jugable que comentaremos en profundidad más adelante: el micrófono. Con él podremos jugar a varios minijuegos empleando la tecnología de reconocimiento de voz, que en este juego funciona de maravilla.

Gráficos
Mario Party 6 sigue la estela seguida por las anteriores entregas. Encontramos gráficos mayoritariamente sencillos, sin mucho alarde técnico, con tonos pastel y gran cantidad de colores "flower power" -todo despidiendo alegría-al estilo del mundo de Super Mario. El salto cualitativo con respecto a las versiones de Nintendo 64 y las dos primeras de Game Cube (MP4 y 5) no es excesivamente elevado. Sin embargo ahora encontramos unas texturas mejor acabadas y definidas, con personajes más sólidos y trabajados (en tres dimensiones, por supuesto) y una estupenda variedad de tableros pulcramente cincelados. Los elementos que caracterizan al mundo Champiñón continúan impresos en todos los escenarios (muchas flores, personajes made in Mario... ) y en la ambientación.



Las animaciones y el diseño 3D de los minijuegos
El punto más negro del apartado gráfico se encuentra principalmente en las animaciones de los personajes. No dejan de parecernos un tanto "acartonadas", estáticas y algo bruscas. En ese punto no ha evolucionado apenas con respecto a lo que vimos en Nintendo 64.

Los gráficos dentro de los minijuegos (la auténtica enjundia de Mario Party) son bastante correctos. Los modelados tridimensionales están bastante bien encauzados y la variedad también es satisfactoria. Por otro lado los efectos de luz son más numerosos qe en sus precuelas y cumplen perfectamente con su función. Tampoco esperéis un grandísimo potencial, todo está bien pero dentro de lo meramente correcto. Aun así un juego de estas características no necesita ni por asomo un apartado gráfico que lance misiles nucleares.



En cuanto a los diseños de los menús no hay mucho que decir. Están bien cuidados y perfectamente localizados en nuestro idioma.

Sonido
En el repertorio musical encontramos una banda sonora alegre, jovial y dicharachera- como es habitual en los juegos de Mario-tornándose de vez en cuando en machacona. A pesar de todo la banda sonora pasa bastante desapercibida y sólo funciona como enlace ambiental. En general está compuesta por una gran cantidad de melodías clásicas de títulos del fontanero bigotudo. La calidad musical es, como podéis suponer, bastante regular, yo diría tirando a baja.

Los sonidos Fx no son tampoco algo increíble, pero atesoran la suficiente calidad como para cumplir los requisitos que necesita un juego como Mario Party. Las voces son las habituales, los sonidos y gritos de euforia de los personajes al ganar un minijuego ( o al sucumbir) y poco más.
El juego soporta el Dolby Pro Logic II, aunque escuchar el juego en sonido envolvente no es gran cosa.

Jugabilidad
Llegamos al punto más interesante de este -nuestro- juego. Antes de embarcarnos a comentar las novedades que incluye esta entrega vamos a explicar un poco las directrices y reglas del juego enfocándolo a los que no han probado aun ninguna de sus precuelas. Como hemos comentado anteriormente, Mario Party 6 es una especie de juego de tablero virtual.



Su modo principal- y su mayor aliciente- es el "Modo fiesta". En ella podemos jugar hasta con cuatro amigos (si no hay amigos suficientes el control de los personajes restantes lo toma la CPU). Los personajes disponibles en un principio (algunos no jugables) son Mario, Luigi, Peach,Daisy, Wario, Yoshi, Waluigi, Toad, Mini Bowser, Boo y Toadette (luego se puede conseguir a alguno secreto). Una vez iniciada la partida lo primero que deberemos hacer es lanzar el dado para saber quién va a ser el afortunado que salga primero. Una vez decidido eso todo empieza. Las partidas en Mario Party nunca son aburridas, porque dependiendo de donde caigamos (en que casilla, se sobreentiende) podremos disfrutar tanto de minijuegos como de divertidas escenas. Siempre ocurren desgracias que amargan a tu compañero- o a ti mismo-, como caer en una casilla de Bowser y que te roben todas las monedas, o que un amigo se encuentre con el fantasma Boo y este "tome prestado" una de tus valiosas estrellas... .en fin, muchas posibilidades que potencian la diversión( hay más casillas especiales como la casilla de duelo, de DK, y la milagrosa). Al final de cada turno todos los personajes tienen que jugar a un minijuego. Estos minijuegos vienen condicionados por las casillas que hemos caído. En función de eso jugaremos o un minujuego "todos contra todos", por equipo (de dos en dos) o un "uno contra todos". En total hay unos cien y algunos que podremos desbloquear en el transcurso del juego.

El objetivo primordial en el juego es conseguir el mayor número de estrellas posibles. Al finalizar cada partidas se reparten estrellas bonus (por ejemplo una para el que ha ganado más minijuegos... ).

La novedad principal: El micrófono
Con un diseño sólido y sencillo nos llega lo más interesante a nivel jugable de este Mario Party 6. El micrófono que se incluye dentro de la elegante cajita del juego (no cuesta ningún plus) es un elemento importante para jugar a algunos de sus minijuegos. El nuevo periférico que ya se puso de moda con el Sing Star de Sony (que también traía un micrófono similar) aterriza con varias funciones en el juego. Primeramente lo tenemos que instalar en la el segundo puerto de la ranura de la memory card. El micrófono funciona gracias al sistema de captura de voz que tiene implementado. Podemos decir que tira muy bien en general, aunque hay veces que en momento de jolgorio generalizado con los amigos puede confundir alguna que otra orden. Para ello hay que precisar y vocalizar todo correctamente. ¿En qué minijuegos podemos hacer uso de este accesorio? Por ejemplo hay en uno en el que deberemos guiar a nuestro querido personaje en una carrera de obstáculos. Tendremos que gritar cosas como "arriba", "abajo", "media vuelta". Pero sin duda el más divertido es un concurso de preguntas muy parecido a los que vemos en televisión. En este peculiar concurso todos los personajes participantes se ponen detrás de un mostrador mientras nos hacen la pregunta... el que lo sabe pulsa rápidamente el botón y a hablar con el micrófono... fantástico. Dentro del juego hay un modo exclusivamente diseñado para el micrófono.


El paso del día a la noche
Otra novedad importante de este Mario Party son los cambios del día a la noche durante la partida. Cada tres turnos se ejecuta el cambio de día (no a tiempo real, por supuesto) y esto repercute notoriamente en el desarrollo del juego. A la noche ocurren cosas y eventos diferentes que en el día igual no ocurren (y viceversa). En la oscuridad por ejemplo, aparece el fantasma Boo agazapado en la penumbra y esperando su próxima víctima para robar.


Lo demás sigue la arquitectura de los anteriores Mario Party, aunque eso si, este es el más largo de todos. Además ahora ha aparecido un nuevo sistema de cápsulas. Estas cápsulas se encuentran por el tablero y activan diversas funciones. Podemos usarlas para intercambiarnos con otro personaje, crear una maldición en una casilla en particular, etc...

Modo para un jugador y banco de estrellas
Este es un modo creado para el jugador que quiera jugar sólo. Aun así es muchísimo más aburrido que jugar sólo o con amigos en el modo fiesta. Básicamente te embarcas en la aventura para conseguir estrellas y monedas en solitario y jugar a minijuegos (y conseguir nuevos). También se encuentra alguna que otra rareza... así que investiga.

El banco de estrellas no es una novedad de esta sexta parte. Aquí podrás intercambiar estrellas por todo tipo de interesantes artículos... seguro que ya se te ha activado la vena consumista.